viernes, 25 de marzo de 2011

Pizarro x_x

Hola, amigos. Ya llevamos tres días yendo por las montañas. No voy a describiros la selva, porque creo que eso sería un poco aburrido. Pero debido a que tengo un rato libre, os voy a escribir algo de mi pasado. ¿Recordáis que algún día prometí deciros por qué no me cae bien Gonzalo Pizarro? Ahora mismo os lo digo:


En el año 1538 participé (entre otras) en la Batalla de las Salinas. (Ay, ¡que cosa más fascinante! Os recomiendo que una vez y vosotros participéis en una batalla.) En 1544 estaba del lado del primer virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, que llegó de España con órdenes de implantar las Leyes Nuevas, acabar con las encomiendas y liberar a los nativos. Decidí ayudarle, porque nos llevabamos bien, y los indigenas también me caían bien… (creo que si yo no hubiera intentado ayudarles, ellos ahora no me ayudarían a encontrar El Dorado) Y a la gente, que ya había empezado la conquista de Perú, no les gustaron estas leyes que les prohibían explotar a los indios. Esto llevó a que Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal organizaran un ejército con la intención de suprimir estas leyes y derrotaran a nosotros en 1546. ¡Que malditos hombres! Os juro, que no les dejaré vivir tranquilamente. No perderé ninguna oportunidad de matarlos... Después querría ayudar a mi amigo Blasco y tomé parte en el complot de Melchor Verdugo para liberar al virrey y así me enfrenté a Gonzalo Pizarro. Después del fracaso de nuestro intento escapamos a Cajamarca y comenzamos a reclutar hombres para ayudar al virrey. Mientras tanto, afortunadamente Blasco escapó por mar a Tumbes y formó un pequeño ejército, pensando en que todo el país se levantaría en favor del poder real. La resistencia del virrey a estos traidores - Gonzalo y su ayudante Francisco de Carvajal, (lo llamamos El Demonio de los Andes), duró solo dos años. Finalmente fuimos derrotados en Añaquito el 18 de enero de 1546. Les huimos con Melchor a Nicaragua, embarcando en Trujillo con 33 hombres. Cuando volví en 1551 a Potosí tuve algunos problemas con un juez. Me arrestó, acusándome de haber infringido las leyes de protección de los indios. Y el tonto no tuvo en cuenta las razones de mi defensa, (argumentaba que era hidalgo de buena familia y tenía que apoyar al poder real) y todo eso a causa de ese hombre Pizarro…


Bueno, ya sabéis por qué no aguanto a ese hombre. Y espero que no penséis que algo está mal con mi mente. Tantos sufrimientos me causó… No puedo dejarle en paz!



en la foto - Gonzalo Pizarro ... ¡que cara más fea!

Autor: María

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